jueves, 12 de diciembre de 2019

El 11-M y nuestra economía


Las consecuencias del 11-M en nuestra economía


El 11 de marzo de 2004, entre las 7:37 y las 7:41 de la madrugada, estallaron diez artefactos en los trenes de cercanías de la línea de Madrid. Con un saldo de 191 muertos y 1.800 heridos es, a día de hoy, el mayor atentado terrorista en la historia de nuestro país. La responsabilidad de estos actos fue atribuida a un grupo de fundamentalistas musulmanes.


Pero ¿qué consecuencias tuvo este atentado para nuestra economía?



En primer lugar cabe destacar la importancia del turismo para nuestra economía y, en especial, para ciudades tan visitadas y de tal reconocimiento mundial como son Madrid o Barcelona. Durante muchos años los turistas que eligen nuestro país como destino para sus vacaciones han sido encuestados acerca del las razones por las que ha elegido este país y no otro. Entre las respuestas más comunes destacan factores como el clima, la cultura, la gastronomía y, la que atañe a este post, la seguridad y el ambiente general de este país. 
El atentado, que puso a Madrid y a España en el punto de mira a nivel internacional, hizo que aumentara la desconfianza de las personas que estaban dispuestas a venir a visitar nuestro país o, directamente, que estos turistas potenciales se decantaran por otras alternativas donde pasar sus vacaciones como fueron Francia o Italia, que sí gozaban de la imagen de ser países más seguros.
Ceremonia en memoria de los 191 muertos.




Un análisis de las consecuencias de estos atentados realizado por Exceltur afirmaba que el sector turístico madrileño sufrió una caída en ventas del 82% y, acompañando esta fortísima caída, mostraba la crispación y pocas expectativas a medio plazo por parte de los empresarios del sector. Fuera de la Comunidad de Madrid la caída fue considerablemente menor, como es el caso de Baleares o Canarias (con caídas en torno al 9%).

Aún con esta situación de contexto la recuperación fue mucho más rápida de lo previsto, llegando incluso a tardar pocos días en alcanzar el volumen de ventas en el caso de las agencias de viaje, y ese mismo año (recordemos, 2004) no solo aumentó el número de turistas internacionales, sino también el dinero que gastaban en sus vacaciones aquí. 
De forma paralela, la Comunidad de Madrid trataba de hacer campaña con el objetivo de dar a entender al mundo que "Madrid está más que preparada para hacer frente a estos retos" y tratando, con el fin de atraer más atención, de convertir a la capital en un "centro de cultura y de convenciones tan importantes como la lucha contra el terrorismo". El discurso ya mencionado sigue con un "a diferencia del 11-S, tras el 11-M no hubo un volumen tan grande en lo que a cancelación de vuelos y reservas de hoteles se refiere, salvando las distancias" y, concluye diciendo que "ya que se van a tratar temas tan importantes como el terrorismo, queríamos dar un testimonio directo aquí y aprovechar esta plataforma para poder dirigirnos a los empresarios, agradecerles la solidaridad y decirles que Madrid no se ha desplomado" (J.A. Tamargo).

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